la bolsa

martes, 15 de mayo de 2012

Pánico en el "divorcio amistoso"

Pánico en el "divorcio amistoso"
La prima de riesgo del bono español se dispara por una hipotética salida de Grecia del euro
Merkel y Hollande intentarán hoy pactar la nueva política de crecimiento.
La salida de Grecia del euro, una hipótesis hasta ahora poco considerada entre las instituciones europeas, parece que se abre paso en vista de la difícil situación económica y política que vive el país heleno.
Ayer mismo, el gobernador del Banco de Bélgica y miembro del Banco Central Europeo (BCE), Luc Coene, afirmó que si fuera necesario siempre se podría llevar a cabo un "divorcio amistoso", aunque mostró su preferencia para que esto no llegue a pasar nunca.
"Un divorcio nunca es bueno, puedes hacer las cosas de una manera amable, pero pueden llegar a ponerse feas y difíciles", afirmó Coene en declaraciones al Financial Times, y añadió: "Supongo que un divorcio amistoso, si alguna vez fuera necesario, sería posible, pero aún así lo lamentaría.
"El consejero del BCE cree posible un aumento del número de especulaciones sobre nuevas salidas.
"Este es el principal riesgo, el resto se puede gestionar, pero una vez has creado un precedente entonces la gente piensa que, bueno, si un país ha salido entonces pueden salir más."
En los últimos días se ha disparado el volumen de especulaciones sobre el futuro de Grecia en la moneda única.
En el programa de reformas y recortes económicos que lleva adelante el país, hay que añadir el resultado de las últimas elecciones legislativas, que dificulta la formación de un gobierno.
"Grecia saldrá del euro muy posiblemente el mes que viene", escribió ayer en The New York Times el premio Nobel de Economía Paul Krugman.

Hacia el corralito
El economista vaticinó que este hecho llevaría a "grandes retiradas de dinero de los bancos españoles e italianos", dado que los depositantes intentarían mover el dinero hacia la segura Alemania.
Dado este escenario, Krugman prevé una limitación en la retirada y transferencias de dinero-lo que popularmente se conoce como corralito-y el aumento de la liquidez del BCE para evitar la quiebra de los bancos españoles e italianos.
Alemania se verá entonces forzada o bien garantizar la deuda del Estado español o bien a aceptar que el euro se acaba.
En todo caso, estas especulaciones se trasladaron a los mercados en forma de un alza de la prima de riesgo española, que ayer escaló hasta el máximo histórico de los 492 puntos básicos en comparación con los 449 de la sesión del viernes. La bolsa también se cobró su factura y el Ibex 35 retrocedió un 2,66%, fuertemente castigado por la banca. El sector financiero debe afrontar un importante aumento de las provisiones de acuerdo con el decreto de saneamiento aprobado por el Consejo de Ministros del viernes y, además, se ve penalizado por una hipotética salida de España del euro.
En esta situación de máxima tensión, la canciller Angela Merkel y el nuevo presidente de Francia, François Hollande, se reunirán hoy por primera vez en un encuentro que podría ser el inicio de una política en la que el crecimiento económico gane peso en detrimento de la austeridad.
Un divorcio amistoso, si alguna vez fuera necesario, sería posible, pero todo y así lo lamentaría
Luc Coene , consejero del BCE.

Destacado impacto en las empresas españolas
La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings advirtió ayer que una hipotética salida desordenada de Grecia de la zona euro tendría un impacto "de amplio alcance" en las empresas europeas, con posibles rebajas de rating que se concentrarían principalmente en España, Portugal y Italia.
La agencia diferencia entre una salida ordenada y una de desordenada.
En el primer caso, el impacto negativo se centraría en los tres países rescatados-Grecia, Portugal e Irlanda-y, en menor medida, en las economías más débiles-España e Italia-, mientras que el resto de países no deberían sufrir unas consecuencias funestas.
Una quiebra desordenada, sin embargo, debilitaría la economía del conjunto de la zona euro y provocaría una rebaja de ratings de muchos estados y empresas,
aunque evidentemente los llamados países periféricos saldrían muy mal parados.
Por otro lado, tanto Fitch como Moody 's valoraron ayer de forma positiva la última reforma financiera del gobierno de Rajoy, pero subrayaron la debilidad de la banca española.