la bolsa

martes, 22 de mayo de 2012

España resquebraja

España resquebraja
Intervenido en la práctica, el Estado vierte hacia los territorios su frustración por los recelos que despierta en la UE y los mercados
El descrédito de la marca España coincide con los resbalones de la Casa Real y el malestar social.
La ola recentralizadora que impregna la gestión de Mariano Rajoy,
¿es un intento a la desesperada de reflotar un Estado en decadencia?
¿Por qué España se ha convertido en el saco de los golpes de la escena internacional?
La crisis de la deuda, el paro, el descrédito de la monarquía, la tensión social por la destrucción de los servicios básicos, una mal ambiente todavía demasiado soterrada,
y el asedio a los territorios históricos, hacen tambalear la imagen de un proyecto nacional fuerte y consolidado, la marca España, que a lo largo de los años han soñado los diferentes presidentes que han pasado por La Moncloa.
España se rasga por todos lados, pero no parece que acabe de hendir.
Porque, paradójicamente, la crisis se ha convertido en una poderosa arma paralizante: dispara miedo, una munición que neutraliza cualquier intento de disidencia.

Soberanía perdida
Formalmente no está intervenida, pero en la práctica está absolutamente tutelada.
España ha dejado de ser un Estado soberano dentro de la UE.
Y ahora sólo le interesa salir de la fila de los burros y convertirse en un alumno aplicado de la poderosa Alemania.
La canciller Angela Merkel se aprovecha de la debilidad y estrangula Rajoy en medio de la plaza con el escarnio de Bruselas y los volátiles mercados.
Y la secuencia es siempre la misma: indicadores económicos en zona de peligro constante, colas y más colas en las oficinas del paro, bancos que se hunden por falta de control, y países hasta hace cuatro días súbditos de la madre patria ondeando la bandera anticolonialista para recuperar de mala manera la explotación de los recursos naturales.
El declive no parece tener fin.
Y este menosprecio, esta falta de respeto y estos recelos que el poder político y financiero exhiben hacia España,
el gobierno del PP lo proyecta adentro, sobre todo hacia gobiernos como el catalán.
¿Es un acto reflejo fruto de la frustración de verse rodeado?
¿o es una operación premeditada para recuperar la esencia del viejo Estado preautonómico?

Control del grifo
La amenaza de estrechar la soga hasta producir la muerte por asfixia agarrotado el hombro territorial.
Nunca la Generalitat se había visto tanto encima la espada de la centralización colgando sobre el autogobierno, ya veces parece que Rajoy le baste garantizando a CiU liquidez para pagar nóminas para frenar cualquier intento de rebeldía.
Los tambores de guerra que Artur Mas hace sonar en forma de más soberanía política y de pacto fiscal llegan a Madrid más amortiguados que una cacerolada en un patio de vecinos.
En tiempos de sequía, el gobierno del PP es el único que controla el grifo y distribuye la poca agua que mana según más le conviene.

La inversión estatal ha pasado de largo en Catalunya y ha ido a parar a territorios con citas electorales: Galicia y el País Vasco.
La vieja táctica de hacerse notar cuando se acerca la llamada a las urnas.
En el caso gallego existe el temor real de que el presidente del PP Alberto Núñez-Feijóo "habiendo gestionado bien pague los platos rotos" de la gestión de Rajoy.

Lógicamente, en Euskadi la estrategia del PP no es ser partido de gobierno, pero ante una segura empuje del voto del PNV y de la izquierda abertzale, quiere mantener un peso similar al actual para ofrecer a los de Iñigo Urkullu gobernar solos con el apoyo externo del PP.
La maniobra evidencia que Rajoy hará lo que pueda para convertir en eterna el ansia independentista de muchos sectores vascos.
Quieren reconducir como sea el pulso político que plantea el adiós de ETA facilitando al PNV la posibilidad de no depender de los abertzales.

Y si la cuestión vasca les preocupa a medias, la percepción del llamado problema catalán-a pesar de que el independentismo también crece-ha pasado a ser un asunto muy menor.
Basta observar el nulo interés que despierta Cataluña en sus cuentas.
Y encima están convencidos de que el plan B de Mas-tirar por la la hacienda propia-es sólo una pataleta, una maniobra de distracción del mal estudiante al que le cuesta ponerse a hacer los deberes.
Ni los asustan los gritos de independencia ni el discurso del expolio.
Piensan que les basta recordando a CiU quien tiene la llave de la gobernabilidad.

La calle, controlado
La estrategia del miedo sirve para amedrentar no sólo los territorios, sino también sus ciudadanos.
La reforma laboral ha puesto contra las cuerdas a los trabajadores.
La frustración de ser un número en la lista del paro o el pánico a perder el trabajo provoca una inusual rigidez en un momento en que deberían quemar las calles.
La huelga general, las protestas puntuales contra recortes o el resurgimiento del 15-M han trasladado un poco de calor en La Moncloa, si bien su inquilino ha hecho ver que no se sentía.
Rajoy considera más urgente apagar otros incendios declarados en este período, como el rechazo que provoca la monarquía por el caso Urdangarin o las aventuras africanas del rey Juan Carlos.
Se ha abierto el telón de la crítica, pero la obra no parece que haya de concluir con la III República.


8.51%. Es el déficit con que cerró el Estado el ejercicio presupuestario de 2011.
507 puntos. La prima de riesgo ha llegado esta semana a batir todos los récords.
5.5 millones. Es el número de personas desempleadas en el Estado según la EPA de abril.


8.51%. Es el déficit con que cerró el Estado el ejercicio presupuestario de 2011.
507 puntos. La prima de riesgo ha llegado esta semana a batir todos los récords.
5.5 millones. Es el número de personas desempleadas en el Estado según la EPA de abril.