la bolsa

domingo, 24 de junio de 2012

Merkel presiona para aprobar a tiempo el nuevo fondo de rescate

Merkel presiona para aprobar a tiempo el nuevo fondo de rescate
El Constitucional alemán pide al presidente Gauck que no firme la medida a toda prisa

El Miedo permanente y el paquete fiscal no podrán comenzar a funcionar el día previsto para un montón de demandas minoritarias.
Angela Merkel no sólo presiona a su aliado Mariano Rajoy para que apresure el ritmo del rescate y el resto de socios del sur sobreendeudados.
También presiona el presidente alemán, Joachim Gauck, para ahorrarse el trance de no ver ratificado con puntualidad alemana el pacto fiscal y el fondo de rescate permanente, víctimas del retraso que imponen una serie de recursos en el Constitucional alemán.
Este sería el penúltimo capítulo del serial del Mecanismo Europeo de Estabilización (Medo) hasta su ratificación en Alemania. Teóricamente, el fondo de rescate permanente debe entrar en vigor el 1 de julio, quizás el 9, para convivir provisionalmente con el Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF).
Merkel ató su ratificación a la del pacto fiscal europeo, con la intención de asegurarse de que la oposición tendría un comportamiento responsable y le haría lado, ya que le hace falta una mayoría de dos tercios en el Parlamento.
Para estar aún más segura, consensuó con socialdemócratas y verdes durante semanas una solución de compromiso, hasta incluir la implantación de una tasa a las transacciones financieras, entre otros aspectos.

Trigo en el saco sin atar
Merkel creía haber llegado a puerto el pasado miércoles, cuando se anunció que se había ligado este consenso, lo que permitía aprobar el paquete el próximo viernes.
Es decir, en plena cumbre de la UE, como toque de efecto para los socios y también para evidenciar que Alemania, cuando conviene, se pone las pilas.
Puestos a correr, también debía hacerlo el presidente Gauck, que debía firmar el paquete esa misma tarde. La canciller, sin embargo, olvidó un estamento implicado en casi todo lo que tiene que ver con leyes en Alemania: el Tribunal Constitucional.
Y los jueces de Karlsruhe han pedido a Gauck, políticamente independiente, que no firme ni aquella tarde ni el fin de semana. Hay que esperar unas semanas más, ya que hay anunciadas tres demandas contra el paquete: de la Izquierda, tercer partido de la oposición no implicado en el consenso; de la exministra de Justicia socialdemócrata Herta Däubler-Gmelin, y de un diputado bávaro.
Dos estilos
Gauck hizo lo que cualquier presidente haría en Alemania: decir que esperará. Y Merkel hizo lo que no debe hacer en ningún caso un canciller: presionarlo para que abandone esta práctica y firme.
Lo que reveló estas presiones no fue la oposición, sino el conservador Frankfurter Allgemeine , arquetipo de la prensa seria alemana.
Merkel se arriesga a una crisis constitucional, indican el diario y algún juez de Karlsruhe.
Sea como sea, el Medo no llegará con puntualidad. Eso si no da la razón a los demandantes ...

La canciller, de 'mama' en Terminator
Una revista de izquierdas británica caricaturizaba esta semana la canciller como una especie de nuevo Terminator, injertada de Arnold Schwarzenegger.
Los "iaioflautes" catalanes llevaron viernes su revuelta contra el radicalismo ahorrador en el consulado alemán de Barcelona.
Y los indígenas venezolanos salieron a las calles de Caracas para reclamar de Alemania que les devuelva un monolito que un artista plantó en medio de Berlín, en los años noventa, como símbolo de amor universal.
Esto último probablemente sea una escenificación populista por encargo de Hugo Chávez, la caricatura británica es una más en el historial de Merkel y la ocupación de los abuelos rebeldes, una acción más contra la superpotencia.
Todo ello ilustra, sin embargo, el mal momento de popularidad de Merkel y, por extensión, de Alemania. La gestión de la crisis de la zona euro no ha generado precisamente simpatías hacia la primera potencia europea.
Alemania vuelve a ser símbolo de diktat global y la oposición recuerda cada día esta peligrosa evolución y las grietas en la imagen de una canciller que la primera legislatura se comportó como una especie de mama de los ciudadanos.